Desde una perspectiva histórica, nos interesa destacar que hasta la Segunda Guerra Mundial los barcos cruceros eran mixtos, es decir, convivían pasajeros de primera clase que viajaban por placer, con los que tenían la necesidad imperiosa de desplazarse como emigrantes. A partir de la década de los 60, comienzan a aparecer los barcos diseñados específicamente para el Turismo de Cruceros.
Este modo de hacer turismo es el equivalente al tradicional en un resort, con la diferencia de que la experiencia vacacional tiene lugar a bordo de un barco que navega. La novedad radica en la concepción del buque como un gran hotel flotante y no como un mero medio de transporte. Al proyectarse como un establecimiento alojativo, los cruceros modernos incorporan un amplio abanico de servicios: pistas de jogging, canchas de tenis, baloncesto, fútbol, casino, teatros, cines, discotecas, pubs, biblioteca, restaurantes temáticos, calles de tiendas, piscinas, spa, guardería etc. La principal ventaja es la de visitar varios destinos sin tener que cambiar de hotel.
Cabe mencionar que uno de los principios fundamentales en este modelo son los puertos donde atracan estos lujosos navíos, por ello hay que definirlos y distinguirlos. Dentro del turismo de cruceros destacamos dos tipos: a) Puertos base, es decir, puerto principal o de cabecera. Es en el que se produce el embarque y desembarque del pasaje como principio o fin del crucero. Este puerto recibe el mayor impacto económico, ya que la salida o llegada del crucero suele implicar noches de hotel, combinados de hotel/barco, traslados y desplazamientos de avión; b) Puertos secundario. Nos referimos a los de escala, en el que el pasaje desembarca y posteriormente sigue el crucero. Los ingresos que se generan en el destino derivan de las excursiones, visitas guiadas, compras, restauración. La escala de un crucero no sólo reporta los beneficios económicos inmediatos, sino que además abre las puertas a una visita más amplia posteriormente.
En los años setenta apenas había medio millón de personas que optaban por un buque para pasar sus vacaciones, en 2005 el número de turistas de cruceros en todo el mundo ha superado los 14 millones. Las previsiones de la industria de cruceros para el año 2010 apuntan a que el número de pasajeros que harán uso de sus servicios será de alrededor de 22 millones. Estados Unidos es el mercado más importante del planeta, junto a Canadá, representan el 70%. Europa es la segunda región, con una cuota de mercado del 20% y dentro del viejo continente el país que lo lidera es el Reino Unido.
En cuanto a los destinos preferidos, el primero es el Caribe. Le siguen entre otros: el Mediterráneo, Alaska, la travesía del Canal de Panamá, la costa occidental de México, norte de Europa, la Antártida…
En la actualidad, los cruceristas son personas con una edad media de 49 años (edad que está descendiendo paulatinamente), en pareja y con un nivel económico medio–alto o alto. Un 40% son menores de 40 años y en este segmento, entre 25 y 39, es el que más está aumentando. A pesar de la evolución del perfil tipo de crucerista, existen unas características generales: edad promedio entre 45 y 50 años. Siendo muy escasos los menores de 25, salvo acompañando a sus padres. A mayor duración del viaje, mayor edad de los pasajeros, tanto por el poder adquisitivo como por la disponibilidad de tiempo necesaria, especialmente vueltas al mundo y cruceros transoceánicos. Se viaja en pareja o en grupos y es muy poco habitual el viaje individual.
A fin de ampliar la oferta de viajes de cruceros se han creado algunos nuevos productos: cruceros temáticos, enfocados a la realización de una determinada actividad. Cruceros de empresa, organizados por las grandes firmas para incentivar a sus empleados. Congresos, convenciones y cursos a bordo (una de las más recientes novedades). Este último consiste en cambiar la tradicional sede de eventos de esta índole por un programa de Outdoor-training a bordo de un buque de cruceros.
Los puertos españoles se consolidan como destinos preferidos de los cruceros en Europa. En 2005 el número de cruceristas se incrementó un 11,2%, estimándose en 3,9 millones de turistas. Estas cifras confirman el auge que está teniendo este tipo de turismo en España. Por costas, el Mediterráneo recibió 2,7 millones de viajeros y el Atlántico sur un 1 millón. El 75% del turismo de cruceros en nuestro país se concentra en el Mediterráneo, cerca del 15% en el Archipiélago Canario, y el restante 10% repartido por los puertos del norte peninsular (Atlántico y Cantábrico). Los puertos del Atlántico Sur (Bahía de Cádiz, Islas Canarias y Sevilla) registraron un tráfico superior al millón de pasajeros, con un incremento medio del 8,2% respecto al año anterior. Las alzas más relevantes se produjeron en los puertos canarios. Los de la provincia de Santa Cruz de Tenerife registraron 503.520 cruceristas, con un incremento del 10,46% y los de Las Palmas 388.471. Hay que recalcar el gran avance y desarrollo que se ha originado en la última década en los puertos de la provincia occidental (Santa Cruz de Tenerife), generado gracias al trabajo continuo y constante de la autoridad portuaria conjuntamente con el sector privado, cabildos y ayuntamientos.