martes. 16.04.2024

Nuevos productos turísticos

 

El turismo de “sol y playa” ha sido en nuestro país hasta hace muy poco tiempo el protagonista absoluto de la oferta española, hasta el punto de ser considerado por algunos expertos “el único turismo posible” y -lo más importante- rentable. Sin embargo en la década de los 90 se comenzó a notar la incipiente presencia de nuevos tipos de turismo, con criterios distintos y que respondían a una demanda.

El monocultivo turístico de “sol y playa” va cediendo terreno. El estancamiento de los ingresos, los nuevos hábitos vacacionales y las estancias más cortas pero con mayor número de vacaciones al año están haciendo ofrecer alternativas como: el turismo deportivo con un especial protagonismo del golf y puertos deportivos, el cultural, el urbano, el rural, el termal, el de congresos, convenciones e incentivos, el de cruceros…, por citar algunos. Ninguno disputa la primacía del mencionado convencional que abarca más del 70% del mercado, pero todos ellos experimentan importante crecimiento en su cifra de negocio y ponen valor al patrimonio antes aletargado.

En el último cardiograma del sector se diagnostica algunas obstrucciones importantes que van hacerlo pasar en un futuro próximo por el quirófano. El turismo, que durante años ha compensado el déficit comercial, se desinfla. Año tras años España marca récord en la llegada de turistas pero los ingresos decrecen.

Los europeos y nosotros los nacionales mantenemos una gran fidelidad a la playa, pero reducimos las estancias al tiempo que aumentamos el número de viajes que hacemos al año en favor de otras alternativas vacacionales. La playa se mantiene, pero aumentan otros estilos y formas de viajar y hacer ocio.

Cuando se ha visto durante el último quinquenio un decrecimiento en las estancias medias, las pernoctaciones y un estancamiento en los ingresos, se ha empezado a reaccionar buscando nuevos clientes y productos.

El turista de golf en el 2003; sobre una estancia media de 6,5 días gastó 910 euros, frente al ingreso medio por turista general que fue 711 euros. El alza de esta alternativa durante los últimos años se ha ido consolidando en nuestro país, las perspectivas son buenas porque mientras que en España juega al golf el 0,6% de la población, en Europa Occidental se supera el 1,3%; (más del doble).

El turismo rural crece a un ritmo anual del 10% y responde también a esos nuevos hábitos de “más viajes menos tiempo de estancia”. En 1997 había en España alrededor de 30 mil plazas, en estos momentos se superan las 100 mil. Esta tipología es más practicada por los residentes que por los extranjeros y ha servido de motor a zonas que quedaban fuera del “turismo de masas“. Su combinación con actividades complementarias como el senderismo, el barrranquismo, el cicloturismo, el parapente, la enología o la cultura local están desarrollando una actividad económica muy productiva y expansiva que no amenaza al entorno, al contrario, lo protege.

El turismo de salud y belleza crece a un ritmo anual superior al 17%. Esta modalidad normalmente de corta estancia y para clientes de alto poder adquisitivo ha promovido la oferta de otros productos como las Talasoterapias o los Spas.

Los congresos, las convenciones y los incentivos, en los últimos años, ha generado un importante aumento de la inversión de nuevas instalaciones e infraestructuras por parte de los organismos públicos y privados. En el 2004 operaban más de 45 recintos feriales, sobre unos 50 palacios de congresos (excluyendo a los asociados a hoteles) y había en proyecto 40 nuevos palacios de congresos. En este último año el nivel de negocio se ha incrementado un 12% de los que el 78% se facturó en los recintos feriales.

Según “Spain Convention Bureau”, ese año se llevaron a cabo más de 14 mil reuniones en las que participaron alrededor de 2,7 millones de personas. Este tipo de turismo genera una importante actividad económica complementaria: en gastronomía, compras, turismo cultural, ocio y deportes.

Las compañías aéreas “low cost” juegan un papel esencial en el fenómeno de expansión de los viajes individuales, frente a esta nueva tipología de demanda, la oferta turística española ha comenzado a adaptarse a los nuevos tiempos. También las nuevas tecnologías son claves: se estima que un 75% de los usuarios elige Internet para informarse y planificar sus vacaciones, conoce mejor los canales de comercialización y habitualmente consigue el mejor precio en cada momento. Estos modelos son una alternativa para aumentar el gasto medio, muy superior al turista tradicional y tipo. Colateralmente genera una economía interesante y muy atractiva para otros sectores.

Spain, es un país con una amplísima variedad cultural, arquitectónica, paisajística, gastronómica…El sector debe encontrar en esto, una oportunidad para ofrecer productos diferenciados y con gran valor añadido.

 

 

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