viernes. 29.03.2024
Jose Manuel Bermudez
José Manuel Bermúdez; Alcalde de Santa Cruz de Tenerife

Y, en segundo lugar, quiero felicitar en nombre propio y en el de todos los chicharreros a los distinguidos esta noche, que pasan a engrosar una nómina de ilustres personas y entidades que se han significado por su contribución al desarrollo turístico de la Isla o por su aguda sensibilidad social. O por ambas cosas a la vez, porque no son, ni mucho menos, excluyentes.

Para esta ciudad, capital de Tenerife y cocapital de Canarias, es un honor recibirles hoy y un orgullo poder compartir, humildemente, una parte del protagonismo de estos galardones, decanos en el ámbito turístico.

Porque este acto –si me lo permiten– me da la oportunidad de realizar algunas breves reflexiones sobre el sector, al que dediqué muchas horas como consejero insular del Cabildo de Tenerife.

La primera de ellas es que cuando damos por ganado un estatus, es precisamente cuando empezamos a ponerlo en riesgo. En el sector turístico nunca podemos bajar la guardia o cruzarnos de brazos; no podemos caer en la autocomplacencia ni dormirnos en los laureles del éxito. Porque éste ni es eterno ni nos viene concedido por mandato divino.

Es más, en un sector que depende, en última instancia, de la decisión personal e intransferible de quien decide ir de vacaciones a un sitio en detrimento de otro, debemos ofrecer siempre certezas.

Certezas tangibles como unas infraestructuras públicas adecuadas, unos buenos índices de seguridad, calidad de los establecimientos o formación del personal; pero también certezas intangibles, como el trato exquisito o la amabilidad hacia el que nos visita.

Son factores que determinan la competitividad de un destino.

Y ustedes saben que hoy en día se están dando algunos hechos que pueden empeorar el escenario del que hemos disfrutado en los últimos años. 

La mejora de los destinos turísticos competidores (por aspectos económicos y coyunturales como ausencia reciente de conflictos que mediaticen la decisión de los clientes), la incertidumbre sobre el impacto del Brexit o la práctica imposibilidad de mantener en el tiempo unos ritmos de crecimiento con cifras récord, son algunos de los aspectos que pretenden dar forma a una nueva realidad turística.

A ello se suman también la necesidad de regulación de nuevas modalidades turísticas, como el alquiler vacacional.

Todo ello obliga a redoblar los esfuerzos, porque todo ello nos pone en la pista de que no hay nada ganado para siempre.

En el caso concreto de Santa Cruz, estamos preocupados, pero también ocupados con este nuevo estado de cosas.

Ocupados porque no cejaremos en nuestro empeño de consolidar a Santa Cruz en capital turística de una isla turística (tal y como me habrán escuchado en muchas ocasiones) y preocupados porque si el turismo se resiente a nivel de toda España, de Canarias y de Tenerife, también se resentirá Santa Cruz.

Pero tenemos proyectos para Santa Cruz, que en poco tiempo se convertirán en polos de atracción turística.  Entre ellos, el enlace Puerto-Ciudad (llamado a ser un punto neurálgico de encuentro, paseo y de ocio para vecinos y turistas) o el proyecto de playa en Valleseco.

Y junto a esas aspiraciones irrenunciables (cada vez más cerca) hemos avanzado mucho en la construcción de una ciudad turística y nuestro objetivo es completar esa tarea.

No puedo dejar de mencionar en este punto el acuerdo que hemos suscrito con Cepsa para el Plan Santa Cruz Verde 2030, una actuación que cambiará completamente el aspecto de la ciudad y que, si somos capaces de vertebrar con inteligencia y sentido común, será su mejor escaparate.

Entretanto, hemos puesto en marcha otras medidas e intensificado los acuerdos con los turoperadores. Hemos abierto la Casa del Carnaval y hemos iniciado a comercialización turística de nuestra gran fiesta, un fantástico producto que tenemos el privilegio de disfrutar.

Estamos desarrollando también un programa de 25 millones de euros para la rehabilitación de nuestro patrimonio histórico, que estoy convencido se convertirá en un factor de atención preferente para nuestros visitantes.

Y seguiremos con los programas de dinamización en la ciudad, cuyo último objetivo es fomentar la actividad económica, además, lógicamente de ofrecer ocio, recreo, cultura y gastronomía.

Todo ello dará forma a una oferta competitiva, a la que habrá que dar el valor añadido de un trato cercano, afable y amable.

En esa dirección, estos galardones son paradigmáticos de ese espíritu que debe anidar siempre en el sector turístico, en concreto, y en la sociedad en su conjunto.

Los galardonados esta noche, como también quienes les han precedido en las ediciones anteriores, hacen mejor al turismo y hacen mejor a la sociedad.

Fernando López Arvelo, como presidente del Grupo Fedola; Luis Morera, Ramiro Cuende, Omar Acosta, Estefanía Hernández, la Asociación Corazón y Vida de Canarias y la Casa de Acogida Madre del Redentor de El Sauzal engrandecen, en unos casos, la oferta turística de la Isla; en otros, el trabajo en favor de la comunidad.

Y en todos, podemos reconocer la excelencia, un sello de calidad inherente a su propio nombre o marca.

Y también en todos podemos reconocer el amor a esta tierra y la virtud de saber repartir ese amor a diario en sus respectivos ámbitos.

Por eso les reitero mi más sincera felicitación y les agradezco el esfuerzo personal que realizan a diario para que Santa Cruz, para que Tenerife y para que Canarias sean cada día un lugar mejor, para vivir y para visitar.

Muchas gracias.

Discurso del Alcalde de Santa Cruz de Tenerife en los Galardones "Amables del Turismo"