viernes. 19.04.2024

La relevancia económica del turismo

El turismo se ha erigido en la principal rama de actividad económica del planeta, concentrando en torno al 12% del PIB mundial, según la información, considerando, tanto sus efectos directos en términos de valor añadido, como sus efectos indirectos sobre otros sectores económicos, de gran importancia habida cuenta de su condición de sector transversal. La participación en el empleo varía considerablemente en función del área geográfica o del país, oscilando entre el 50% de la población ocupada, en pequeños países del Caribe y el Índico y el 5% en los países industrializados más poblados. La creación de empleo en el sector turístico internacional ha sido durante la década de los noventa una vez y media mayor que en el conjunto de la actividad económica.

Los ingresos generados por el turismo internacional vienen a representar alrededor del 8% de las exportaciones mundiales de bienes y servicios (el 37% de las exportaciones de servicios), pudiéndose prever que el turismo internacional alcanzará en los próximos años el liderazgo del comercio exterior de bienes y servicios, seguido, en este orden, de las exportaciones de automóviles y productos químicos.

Según datos de la OMT, mientras que en 1950 las llegadas de turistas no alcanzaban los 30 millones, en 2007 representan en torno a 900 millones, lo que implica un incremento anual medio acumulativo del 6,2% durante 57 años. Además, este crecimiento ha sido continuado en el tiempo durante este largo periodo, ya que tan solo en tres ocasiones (1982, 2001 y 2003) la variación anual ha sido negativa, a causa de circunstancias extraordinarias, como el segundo choque de la crisis del petróleo, los ataques terroristas del 11 de septiembre de 2001 o la conjugación de distintos hechos, como la guerra de Irak, la gripe aviaria en Asia y la incertidumbre económica mundial de los primeros años de la década actual. El turismo era una actividad minoritaria hasta bien entrado el Siglo XX, que se desarrolló gracias a los avances tecnológicos de los sistemas de transportes, lo que permitió reducir sustancialmente los tiempos de desplazamiento y abaratar los costes, y al continuado aumento del nivel de vida durante la segunda mitad del siglo pasado, facultando a las florecientes clases medias a dedicar parte de su creciente renta al conocimiento de otros rincones del planeta, llegando a ser en la actualidad la actividad de masas que reflejan los datos anteriores. El fenómeno no puede entenderse, por tanto, sino como una clara manifestación del proceso de desarrollo económico y elevación del nivel de vida. Otras circunstancias de índole demográfico y laboral, significativas también del estado de bienestar alcanzado por los países desarrollados tras la Segunda Guerra Mundial, tales como el aumento de la esperanza de vida de la población, el adelanto en la edad de jubilación, la reducción de la jornada laboral semanal y anual y el aumento del periodo vacacional, han sido determinantes en el crecimiento de la demanda turística. Igualmente, ha contribuido sustancialmente al crecimiento reciente de los flujos turísticos mundiales el proceso de globalización de la economía internacional.

En una sociedad crecientemente globalizada, los movimientos turísticos cuentan con menores obstáculos administrativos, técnicos y culturales y mayores incentivos económicos, puesto que el turismo constituye un negocio de extraordinarios beneficios para el sector empresarial multinacional, con excepcionales posibilidades de inversión en nuevos mercados por explotar, aspecto, además, reforzado por la condición de sector transversal, relacionado con muchas y muy diversas ramas de actividad productiva, lo que implica la obtención por parte de las mismas de cuantiosas ganancias debidas al empuje de la demanda turística.

La relevancia económica del turismo